3. EL SÍNDROME DE COTARD


SÍNDROME DE COTARD





¡Buenas! Somos nosotros de nuevo, y en este apartado vamos na hablaros sobre un síndrome muy peculiar que lo más probable es que nunca hayáis escuchado sobre él: el síndrome de Cotard.



1. ¿EN QUÉ CONSISTE?
El síndrome de Cotard, también llamado delirio de negación o delirio nihilista, es una enfermedad mental relacionada con la hipocondría. El afectado por el síndrome de Cotard cree estar muerto, estar sufriendo la putrefacción de los órganos o simplemente no existir. En algunos casos el paciente se cree incapaz de morir.

2. HISTORIA
La primera vez que se escuchó hablar de él fue en 1880, cuando el neurólogo Jules Cotard -de quien toma su nombre-, observó estos síntomas en una mujer que negaba la existencia  (por eso en francés adquiere el término de "le délire de négation") de Dios, la del diablo y la suya propia. La llamó Mademoiselle X. Desde entonces, se ha avanzado poco en la investigación de esta enfermedad. 

3.SÍNTOMAS
Se caracteriza por un delirio de negación o nihilista, en el cual, los enfermos manifiestan predominantemente la creencia de estar muertos.
Las personas que sufren este síndrome rechazan la existencia de sus órganos corporales y creen tener la certeza de que estos se encuentran en estado de descomposición.
En algunos casos, estos delirios se pueden juntar con la creencia del paciente de ser inmortal, hecho que resulta al menos paradójico.



4. CAUSAS 

Este trastorno se asocia a ciertas alteraciones neurobiológicas.
Más específicamente, en el síndrome de cotard se produce una hiperactividad en la amígdala, una inhibición de la parte prefrontal izquierda del cerebro, una disfunción de los procesos de percepción e interpretación, y ciertos daños en zonas tempero-parietales.
Así mismo, parece que la dopamina, una sustancia del cerebro muy ligada con la experimentación de placer, puede estar muy relacionada con la aparición del síndrome, ya que se connota una reducción de receptores de estas sustancias en los cerebros de los pacientes.
Se postula que factores genéticos y adquiridos podrían desarrollar la atrofia de estas zonas cerebrales.
Además, cabe destacar que muchos casos de síndrome de cotard suceden en el marco de una depresión.
En estos casos, se ha demostrado que el paciente sufre una alteración en la intensidad de las emociones que experimenta, la cual puede provocar una pérdida de energía vital y un predominio de la negatividad, dando lugar a la posible aparición del síndrome de cotard.
5. ¿TIENE CURA?

Al ser una enfermedad compleja, sus tratamientos lo son igual. Lo más fácil y común es tratarlo con fármacos y antidepresivos o antipsicóticos, que suelen ayudar para detener las depresiones y los síntomas que acarrea este trastorno. No obstante, el tratamiento más efectivo a día de hoy es la terapia electroconvulsiva, la cual tiene una tasa del 80% de éxito. Esta terapia consiste en administrar al paciente convulsiones cerebrales mediante electricidad. También se usa para tratar depresiones severas. Millones de personas reciben este tratamiento a lo largo del año.

6. CASOS

Como vimos en el apartado de la historia, el primer caso registrado fue el de Mademoiselle X, por Jules Cotard. No obstante, se siguen registrando casos modernos como lo es el de Laura, una mujer de 48 años que acudió a centros de salud mental debido a un trastorno depresivo como consecuencia de haber quedado viuda a los 24 años de edad.

La paciente se encontraba en una situación personal difícil: viuda, pérdida de empelo y dificultades económicas que iniciaron y agravaron su depresión, presentando síntomas como incapacidad para experimentar placer, ansiedad y sentimientos de culpa y minusvalía.

Al cabo del tiempo, la depresión fue en aumento y empezó a presentar ideas de suicidio, hasta llegar a realizar varias tentativas suicidas.

Después de estos episodios apareció el síndrome de cotard, cuando la paciente empezó a pensar que salía humo de su boca y que había padecido cambios en sus ojos.

La paciente empezó a creer que el humo que salía de su boca significaba que su alma estaba saliendo del cuerpo, hecho que hizo que comenzara a sostener que era una muerte viviente.

Ella creía que lo que le sucedía era un castigo por haber intentado suicidarse, y poco a poco fue desarrollando alucinaciones olfativas, las cuales las interpretaba como un olor que significaba la putrefacción de sus órganos.

Finalmente, la paciente acabó concibiéndose como muerta y dejó de comer, ya que tal y como decía ella, los muertos no necesitan comer.

También apareció en libros como Ánima, de John Dartorn, en el cual uno de los personajes padecía este síndrome, descrito con una gran maestría por este autor. Sufría los síntomas descritos antes, como la sensación de tener gusanos dentro de su piel.

7. CONCLUSIÓN
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Actualmente, existen muy pocos estudios al respecto en nuestro país y, en general, tampoco abunda la literatura científica en otros países. No obstante, como toda enfermedad, debería ser tratada con la suficiente seriedad para que al menos se tengan referencias de ella en nuevos casos que están apareciendo, como una chica catalana que sufrió de este trastorno dos veces consecutivas en toda su vida (para ver la referencia pinchar aquí).
En resumen, es una enfermedad que no deja vivir a la persona que la padece. Literalemente.




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